Si bien el caso más sonado a nivel internacional ha sido el anuncio de Donald Trump sobre la retirada de las cadenas de suministro de Estados Unidos del país asiático, no se trata de un caso aislado. Empresas japonesas, surcoreanas e incluso europeas han comenzado a replantearse su relación con China, ante la fuerte dependencia que ha dejado a la luz la expansión de la pandemia.
El mundialmente conocido como “Made in China” podría dejar de ser lo normal. Todo ello debido al replanteamiento de la cadena de suministro que numerosas compañías están haciendo para evitar que, ante crisis similares, se vuelvan a producir las conocidas tensiones o roturas de la supply chain.
Pero, ¿quién podría suplir el papel de China en la cadena mundial de suministros?
Ante esta pregunta, muchos han comenzado a mirar al país vecino, India, que parecería estar dispuesto a compensar el espacio desocupado por China a medida que las compañías globales reubican su logística debido al coronavirus.
De hecho, varios estados en India habrían comenzado a desarrollar estrategias agresivas para atraer nuevos inversores, puestas en marcha por iniciativas tanto públicas como privadas. El país ya ha contactado con más de 1.000 empresas estadounidenses para ofrecerles incentivos para salir de China y asentarse en India.
Un funcionario confirmó que el país está atrayendo a compañías estadounidenses involucradas en productos y dispositivos de atención médica y está en conversaciones con Medtronic Plc y Abbott Laboratories.
Además, el Ministerio de Comercio de la India ha preguntado a las empresas estadounidenses sobre los cambios necesarios para hacer que las leyes fiscales y laborales del país sean más favorables para ellos.
¿Tiene la India el potencial para reemplazar a China?
Lo cierto es que, a pesar de contar con un gran potencial, India aún no se encuentra en las mejores condiciones para competir cara a cara con China.
Según Ajay Sahai, director general y CEO de la Federación de Exportadores Indios, India tiene que subir en competitividad global para reducir costes y proporcionar trabajadores calificados para atraer a las empresas.
La falta de infraestructura, la dificultad a la hora de abrir los negocios y los regímenes arancelarios también supondrían un freno para el éxodo empresarial, afectando gravemente la atracción de negocios al país.
Con información de dgcinternacional.com
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