Nearshoring ya es una realidad y México se posiciona como centro manufacturero de EE.UU.

Pero ¿esto implica que las transnacionales realmente estén abandonando China?

La deslocalización y relocalización (nearshoring/reshoring) de la fabricación de productos está comenzando a tener efecto en el comercio de exportación de China, mientras que México podría ser el principal beneficiario de este cambio, observa el analista de la industria marítima portuaria y logística Jon Monroe.     

Según el índice de Gerentes de Compras (PMI) de China publicado recientemente, los pedidos de fábrica se contrajeron por cuarto mes consecutivo. Además, las exportaciones de cartón a Asia han disminuido entre un 10% y un 20%. Pero ¿qué es lo importante de este último dato? Monroe explica que las exportaciones de cartón, utilizado para embalaje, son un indicador de la actividad fabril. “Esto apunta al hecho de que las fábricas en Asia se han desacelerado hasta el punto de que hay menos demanda de materiales de embalaje, lo que se traduce en una disminución de la demanda de productos”, sostiene. 

¿Por qué está pasando esto? 

De acuerdo con el analista, lo anterior ocurre por la combinación de una demanda débil por parte de las economías de Estados Unidos y de la Unión Europea y por un alejamiento de China como punto de abastecimiento a medida que las compañías transnacionales adoptan una estrategia de reducción de riesgos a consecuencia de la Guerra Comercial que la enfrenta al país norteamericano. 

Esta estrategia generalmente denominada “China + 1”- que Monroe nomina como “China + 10” con el fin de dar cuenta de la magnitud del fenómeno- consiste en que las compañías están trasladando sus manufacturas desde China a varios países, entre ellos: Vietnam, Tailandia, México, India y otros. 

México toma la delantera 

El fenómeno es real y está sucediendo. De hecho, durante el primer trimestre, México le quitó a China el primer lugar como socio comercial número uno de Estados Unidos. “Sí, y mucha gente había sugerido que esto era sólo una charla”, apunta el analista.

Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, el comercio bilateral entre ambos países durante los primeros cuatro meses de 2023 representó el 15,4% de todos los bienes exportados e importados por Estados Unidos; luego siguió el comercio con Canadá que alcanzó una participación de un 15,2%, relegando a la relación comercial con China al tercer lugar con un 12,0%.

Monroe cita a Mexico Now, una publicación que rastrea el comercio mexicano, que indica que la Inversión Extranjera Directa aumentó un 41% durante los primeros siete meses de 2023. “una gran parte de esta inversión corresponde a las fábricas chinas que migran a México”, sostiene el analista.

Una posible paradoja 

“Es posible que pronto veamos un patrón de triangulación similar al que estableció Taiwán en los años 90, cuando las empresas realizaban pedidos a las fábricas mexicanas, pero las materias primas fluían desde el país asiático”, añade Monroe.

Pero en todo esto hay una posible paradoja: “si bien México se ha convertido en el mayor socio comercial de Estados Unidos en 2023, China es ahora el segundo socio comercial más grande de México, detrás de Estados Unidos, entonces el analista se interroga si es que, al trasladar el abastecimiento a México, “¿las empresas realmente están abandonando China?”.

Tarjetas reventadas 

Como telón de fondo de todos estos desarrollos, se puede percibir que los consumidores son cada vez más cautelosos con respecto a sus gastos. Según CNN Business, el gasto de los consumidores aumentó un anémico 1,5% en junio en comparación con junio de 2022 y “aunque los pedidos están aumentando, no podemos esperar un peak como el que hemos experimentado en los últimos años”. 

De hecho, la Reserva Federal de Estados Unidos acaba de publicar nueva evidencia de que los consumidores se quedarán sin ahorros inducidos por el Covid en el tercer trimestre de este año. “Esto significa que los ahorros volverán a los niveles anteriores a la Covid”, apunta. 

“Dado que Estados Unidos depende del gasto de los consumidores para 2/3 de su PIB, podríamos sufrir una larga caída de la demanda. La mayoría de los minoristas informan de una desaceleración y, en muchos casos, de una disminución de las ventas. La reducción de existencias en los almacenes finalmente está teniendo un impacto en el inventario, pero si los sistemas de los puntos de venta (POS) no registran suficientes pedidos, los minoristas e importadores no repondrán su inventario como antes”, indica Monroe

Según el analista esto no debería ser una sorpresa, los consumidores compraron todo lo que pudieron conseguir durante la pandemia de Covid y el gasto discrecional estaba por las nubes. Es más, “según la Reserva Federal, la deuda de tarjetas de crédito ha alcanzado un máximo histórico superando el billón de dólares. 

La pregunta entonces es “¿a dónde llegaremos si las tasas de interés siguen aumentando mientras las empresas despiden trabajadores?”.

Con información de mundomaritimo.cl

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